En general hay muchos expertos que definen el diseño como un método pero si lo analizas profundamente observamos que no se trata de un método, sino del uso de métodos. El diseño en si mismo no aporta una metodología, sino que dispone de muchos métodos que se aplican en función del producto a diseñar.
Es así por dos razones:
- Los procesos del diseño no son 100% objetivos, científicos y racionales, hay momentos donde los factores que marcaran el proceso; es la intuición, la capacidad asociativa y la imaginación. Hay puntos donde la razón ya no puede dar respuesta. En estos procesos no se puede desechar el poder de la sensibilidad. En un momento de dispersión, donde el diseñador sale de la obsesión del trabajo que se está realizando, se hace el «click» esto tiene que ver con la imaginación, la inteligencia, la sensibilidad y la capacidad asociativa actuando en conjunto. Es lo que vulgarmente se llama creatividad.
- Cuando estamos pensando el diseño, en la mente, tenemos que tener la totalidad de la realidad, En las sociedades industriales todo lo que ha sido producido materialmente a pasado por una fase de diseño, con lo cual el objeto del diseño es la totalidad de la realidad material. Esta característica hace que sea imposible que esta totalidad que va de lo mas ínfimo a lo más complejo pueda ser diseñada conforme a un único método.
Por estas dos razones el diseño carece de un método único pero no puede obrar sin método por que el método, en ese sentido, estaría del lado de la razón. Por tanto, para cada caso debe desarrollarse el método adecuado para lograr el máximo éxito en el producto final, es decir, el método se define en función del programa de diseño.
La problemática decide el tipo de método que hay que usar. En ese sentido, el diseñador debe ser un metodólogo pero no porque aplica el dogma de un método universal, sino porque está todos los días reinventando el método para adaptarse a ese tema. Incluso en temas muy próximos, el método se debe hacer a medida para cada cliente y es por eso que el diseñador o el equipo de diseñadores se ven obligados a desarrollado este tipo de inteligencia y la capacidad de comprender lo abstracto de los conceptos dispersos en el caos de la etapa de evolución del diseño en el que se encuentra, en el momento del inicio, de cualquier tipo de proyecto.
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